aiguadeplanxa

Igual el nombre no suena demasiado. Si digo que formó parte de Codeine y de Come ya será más fácil situarlo. Y si comento que ha colaborado con gente tan diversa como    Christina Rosenvinge o Thurston Moore igual genero algo de interés. Tiene una largísima carrera como músico de estudio, de apoyo en directo, compositor de bandas sonoras y trabajos individuales. Escuchar Puritan remite a unos noventa guitarreros y slowcore. Y, si, a Sonic Youth.  Lo paso muy bien escuchándolo. No se que opinaría un veinteañero...

Es música de clubbing. Con auriculares a volumen “altito” no cuesta nada imaginar los rayos laser rebotando por la habitación. La mayoría de los temas son más de sofá que de saltos en la pista. Como era de esperar y desear en unos tiempos poco favorables a la socialización y con el clubbing practicamente borrado del mapa europeo. Tal vez por eso, por esa sensibilidad hacia la realidad actual, el disco se hace especialmente agradable y agradecido. No solo para bailongos juveniles.

Banda de alta calidad con más de 15 años a sus espaldas. De Nueva Inglaterra y con formación musical de conservatorio. Se le podrá dar el valor que se quiera, pero la formación reglada garantiza calidad. ¿Y la creatividad?  Beben de fuentes diversas (pop, soul, jazz) pero mezclan con alegría e imaginación. Me veo en el Soho. Al atardecer. Brisa suave. Gente que entra y sale.

Si la memoria no me falla, conocí a María hace unos diez años. Todo ese tiempo la visité en la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del hospital.  Sus problemas de corazón empezaron tras una intervención quirúrgica. Mientras estaba en Reanimación sufrió una parada cardiaca debido a una arritmia ventricular. Se consiguió reanimarla y sobrevivió. En estos casos, que pueden repetirse, normalmente se coloca un DAI. No es más que un pequeño desfibrilador (las “palas” que vemos en las películas) que se coloca bajo la piel y va conectado al corazón mediante un electrodo. Si hay una arritmia grave, el DAI manda una corriente eléctrica para intentar restablecer el ritmo cardiaco normal. María llevaba diez años con su DAI y hasta hace una semana nunca se había “disparado”. El paciente lo nota dado que es como un golpe fuerte en el pecho. Pero desde hace siete días, ha sufrido cuatro descargas. El miércoles ingresó en el hospital. Le hicieron muchas pruebas: Su corazón ha llegado al límite. El tratam

Pues casi mejor subimos el viernes a Cadaques. Me apetece algo de rollo así mar en invierno. Habrá que avisar que pongan la calefacción. Llamaré a los Capdevila a ver si se apuntan. Los Garcia-Freixas seguro que también suben. Oye, ¿quien es esa tipa que está sonando? Pearl Charles. De California, creo. Tiene un aire a los Mac. Si. No está mal. ¿Un poco ñoña? Tengo una cinta del Abraxas. Luego la pongo. Pasa la botella. (Dedicado, con todo el cariño, a aquellos que soñaron con la revolución en los 70... sin ensuciarse las manos 😉)

Andaba entretenido en elocubraciones underground setenteras y, por casualidad, topo con este disco. Aunque de entrada puede sugerir un trabajo cercano al mal llamado postrock, enseguida evoca a terrenos más lisérgicos e, incluso, cercanos a un ritmo casi bailable. Pero cada tema es un mundo en si mismo. Posiblemente porque fueron horneados a lo largo de casi una década, en circunstancias cargadas de emociones distintas.  Nota muy alta en las primeras escuchas. Sonidos que se mueven en terrenos donde queda mucho por decir. Oidos inquietos, a por él.

El título ya orienta el cauce del disco. Canciones de amores sucios y destilerias varias, desde la perspectiva de una madurez tal vez no demasiado asumida. Letras recitadas sobre una base musical suficientemente sencilla para no llamar la atención. ¿Que no me estoy explicando bien?  El álbum tampoco es precisamente translucido. Ahí está la gracia.

Veteranos ilustres. Neozelandeses. 40 años de carrera. Más por afición que por profesión. No defraudan en ninguno de sus (demasiado pocos) álbumes. Melodías entre el rock y el pop con ese gancho característico de las bandas de las antípodas. Perfectas para un largo viaje en coche por una carretera costera.  Como, hoy por hoy,eso no es demasiado posible, seguro que animan y llenan cualquier tarde cerca de la ventana.