Querer decirle algo a alguien y no encontrar nunca el momento.
A veces, tal vez con demasiada frecuencia, los humanos, damos demasiadas vueltas. Posponemos el instante espontáneo y luego no sabemos como encajarlo en la realidad. También es verdad que la espontaneidad puede suponer un error. Esa difícil conciliación entre el actuar con el corazón o con el cerebro...