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The Jesus and Mary Chain. Glasgow Eyes (22/03/24)

The Jesus and Mary Chain celebran sus cuatro décadas de vida con biografía, documental y nuevo disco. Una trayectoria llena de luces y sombras, con el consabido lapso que les mantuvo separados desde 1999 -después de la accidentada gira de presentación de Munki (1998)– hasta esa vuelta a los escenarios en 2007, que incluyó una mareante oferta por parte de Coachella cuya historia es digna de recordar.  Si conocen la carrera de The Jesus and Mary Chain sabrán que hay una serie de ingredientes que siempre están ahí, no hay mucho espacio para las sorpresas. Ese ruido controlado que desafía convenciones, guitarras distorsionadas, post-punk, oscuridad y melodías simples pero efectivas, llenas de melancolía y trazos evocadores.Todos identificamos Psychocandy (1985) como el álbum de las abrasivas distorsiones; Darklands (1987) como el oscuro y melódico; Automatic (1989) el más rockero y siniestro; Honey’s Dead (1992) el que influenciado por la eclosión de Madchester se animaba a meter alguna qu

Daudi Matsiko. The King of Misery. (2024)

Desde la primera vez que escuché a Tom Waits, hace casi 50 años, hasta hoy no me había sorprendido tanto un músico. Vale, es una exageración, pero el álbúm de debut del ugandes afincado en el Reino Unido ha conseguido golpear mi intimidad como lo consiguió en su momento el norteamericano. Un disco sincero, que muestra «como pasar de la culpa a la gratitud» a partir de musicar y contar las propias experiencias desde un alma tocada por la depresión y el trauma racial. https://youtu.be/V1ayMy4UUjo?si=vQXBUG44F950uBoA

Friko. Where we’ve been, Where we go from here. (2024)

Album de debut del duo de Chicago. Capaces de pasar de la balada pop al post punk sin despeinarse. Auténtica actitud indie que se resiste a desaparecer. Canciones cargadas de emotividad que a veces dejan correr y saltar y otras prefieren acurrucar y balancear.  Puede costar seguir sus cambiantes pasos pero es que ellos son jóvenes y tienen muchas cosas que decir. A seguir muy, muy de cerca

Amiture. Mother Engine. 2024.

Amiture son Jack Whitescarver y Coco Goupil. Tiene la base en Broklin, aunque proceden de Virginia. Se mueven entre el rock más underground y unas ansias de ritmo que invitan a una pista de baile distópica. Y lo aliñan con un poco de R&B. Todo desde un estilo personalísimo: Muy made in New York. Percusión contundente y sucia. Voces de hombre y mujer que se alternan, sugerentes y un punto amenazantes. Guitarrazos distorsionados. Mucho ruido. Pero hay melodía. NO pegadiza pero si pegajosa, que da sentido y ayuda a armar la interesante propuesta de este duo.

Brittany Howard. What Now. (2024)

Reconozco que me gusta etiquetar los músicos y sus discos por estilos. Hace años, muchos años, con una palabra bastaba. Luego ya se necesitaron dos. Ahora, cuesta hacerlo con tres. Y, reconozco, que esto me gusta. No darle las vueltas a una posible etiqueta, claro. Lo que me gusta es que los músicos y su trabajo sea tan transversal que cueste encajonarlo. Indica apertura de miras, mestizaje, innovación… What Now de la ex-Alabama Snakes es un buen ejemplo de experimentación y fusión. No soy capaz de decir lo que es, pero si lo que hay: rock, soul, hip-hop, techno, balada pop, jazz… y mucha actitud. En la cumbre de quince años de carrera.

Junodream. Pools of Colour. (2024)

    En las entrevistas se definen como amantes del space rock y reconocen influencias de AIR, Spiritualized, Radiohead y, como no, Pink Floyd. Y puedo garantizar y garantizo que los seguidores de estas bandas no se sentirán defraudados y poco tardarán en enamorarse de Junodream. Tal vez el mundo no haga demasiado hueco para este pop-rock tan British, con sus melodías psicodélicas, sus guitarras limpias, la voz solista embriagada por los coros y la producción que envuelve y da atmósfera. De ahí lo de “space”… Tal vez no se hinchen a vender o puedan hacer sombra a los exitosos del hip hop o del pop country pero, por lo que a mi se refiere, voy a darles todo el apoyo. Son los signos herederos de aquella música tan antigua que nació en Inglaterra a mediados de los sesenta del pasado siglo…

The Last Dinner Party. Prelude to Ecstasy. (2024)

Album de debuted de un grupo británico femenino que sorprende desde el primer tema: una introducción con orquestación clásica. Anuncia una de las lecturas que se le puede dar al trabajo: Opera pop o rock de un musical imaginario. Los diferentes instrumentos, eléctricos y acústicos, se arremolinan alrededor de las voces coordinadas por Abigail Morris creando un pop florido y barroco. Historias personalísimas de dolor, venganza o lujuria se suceden con una insólita profesionalidad y buen oficio. A veces recuerdan a St. Vincent o a la mismísima Kate Bush. Y, por qué no? Al gancho de ABBA. Vale la pena prestarles toda la atención. Salen de lo común, tienen imaginación y les sobra calidad y buen hacer.