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Friko. Where we’ve been, Where we go from here. (2024)

Album de debut del duo de Chicago. Capaces de pasar de la balada pop al post punk sin despeinarse. Auténtica actitud indie que se resiste a desaparecer. Canciones cargadas de emotividad que a veces dejan correr y saltar y otras prefieren acurrucar y balancear.  Puede costar seguir sus cambiantes pasos pero es que ellos son jóvenes y tienen muchas cosas que decir. A seguir muy, muy de cerca

Amiture. Mother Engine. 2024.

Amiture son Jack Whitescarver y Coco Goupil. Tiene la base en Broklin, aunque proceden de Virginia. Se mueven entre el rock más underground y unas ansias de ritmo que invitan a una pista de baile distópica. Y lo aliñan con un poco de R&B. Todo desde un estilo personalísimo: Muy made in New York. Percusión contundente y sucia. Voces de hombre y mujer que se alternan, sugerentes y un punto amenazantes. Guitarrazos distorsionados. Mucho ruido. Pero hay melodía. NO pegadiza pero si pegajosa, que da sentido y ayuda a armar la interesante propuesta de este duo.

Brittany Howard. What Now. (2024)

Reconozco que me gusta etiquetar los músicos y sus discos por estilos. Hace años, muchos años, con una palabra bastaba. Luego ya se necesitaron dos. Ahora, cuesta hacerlo con tres. Y, reconozco, que esto me gusta. No darle las vueltas a una posible etiqueta, claro. Lo que me gusta es que los músicos y su trabajo sea tan transversal que cueste encajonarlo. Indica apertura de miras, mestizaje, innovación… What Now de la ex-Alabama Snakes es un buen ejemplo de experimentación y fusión. No soy capaz de decir lo que es, pero si lo que hay: rock, soul, hip-hop, techno, balada pop, jazz… y mucha actitud. En la cumbre de quince años de carrera.

Junodream. Pools of Colour. (2024)

    En las entrevistas se definen como amantes del space rock y reconocen influencias de AIR, Spiritualized, Radiohead y, como no, Pink Floyd. Y puedo garantizar y garantizo que los seguidores de estas bandas no se sentirán defraudados y poco tardarán en enamorarse de Junodream. Tal vez el mundo no haga demasiado hueco para este pop-rock tan British, con sus melodías psicodélicas, sus guitarras limpias, la voz solista embriagada por los coros y la producción que envuelve y da atmósfera. De ahí lo de “space”… Tal vez no se hinchen a vender o puedan hacer sombra a los exitosos del hip hop o del pop country pero, por lo que a mi se refiere, voy a darles todo el apoyo. Son los signos herederos de aquella música tan antigua que nació en Inglaterra a mediados de los sesenta del pasado siglo…

The Last Dinner Party. Prelude to Ecstasy. (2024)

Album de debuted de un grupo británico femenino que sorprende desde el primer tema: una introducción con orquestación clásica. Anuncia una de las lecturas que se le puede dar al trabajo: Opera pop o rock de un musical imaginario. Los diferentes instrumentos, eléctricos y acústicos, se arremolinan alrededor de las voces coordinadas por Abigail Morris creando un pop florido y barroco. Historias personalísimas de dolor, venganza o lujuria se suceden con una insólita profesionalidad y buen oficio. A veces recuerdan a St. Vincent o a la mismísima Kate Bush. Y, por qué no? Al gancho de ABBA. Vale la pena prestarles toda la atención. Salen de lo común, tienen imaginación y les sobra calidad y buen hacer.

The Smile. Wall of Eyes. (2024)

Es conocido que York y Greenwood, alma matters de Radiohead, se aburrían durante la pandemia y grabaron un disco “casi” de Radiohead, pero sin ser un disco de la banda. En relación a la inevitable pregunta   sobre cual de las dos formaciones (y con que nombre) tendrá continuidad, no tengo ninguna información que aportar. En mi opinión, su último gran disco fue In Rainbows. Hace ya 17 años. A Light for Attracting Attention (2022), debut de Smile es un excelente trabajo . A nivel de los grandes discos de Radiohead. Wall of Eyes no huele a segunda parte, ni parece un rescate de piezas descartadas. Tiene su propia personalidad… Y distinto productor. Sigue alentando la compasión  y y los ritmos movedizos de las guitarras. Las primeras audiciones hacen pensar en un rock más low-fi pero también más tosco de lo habitual. Reconozco que me ha costado entrar y a punto he estado de descartarlo como un trabajo menor. Pero la insistencia, la fe, ayuda a descubrir a la orquesta que hay por atrás.

Caroline Polachek. Desire, I Want To Turn Into You

Ha acaparado los primeros puestos de la mayoría de las listas. Es, sin duda, uno de los discos del año. ¿Que me parece? Situémonos. No es una desconocida. Desde 2008 ha publicado discos con la banda/duo neoyorquina Chairlift. Hacen (o hacían) un pop fresco, espontáneo, dentro de lo que suele englobarse como indie pop americano.  Aunque Polachek es autora en todas las canciones, la mayoría los firma -tanto en letra como en música- con otros. Intervienen varios productores. Es, pués, un disco muy trabajado donde deja pocos cabos sueltos y con ánimo de aparecer muy equilibrado. Incluso, aunque tiene una voz generosa, con bellos agudos, no duda en usar el autotune para garantizar la afinación. Hay temas para divertirse, para bailar, lentos e incluso himnos para cantar en coro. Es un disco pensado para agradar a muchos públicos.  Pop heredero de Michael Jackson y Madonna. Nada de jugueteos psicodélicos más propios de nuestro lado del atlántico. No engaña tampoco con el título, el deseo